Las tizas no se manchan con sangre

 

 

Las tizas no se manchan con sangre

NO es NO
Decimos NO a la violencia,
No a la injusticia,
No a la muerte,
No a la represión de las luchas sociales,
para seguir dejándonos seducir por la vida.

El CCLVIX Congreso de UnTER, expresa su más enérgico repudio a las todas las formas de represión, dirigidas a cercenar y silenciar las justas demandas de los trabajadores y trabajadoras en nuestros país.

Expresión dramática y funesta de estas prácticas represivas, muchas veces ocultas, es el reciente asesinato del maestro Carlos Fuentealba, fusilado por un policía, mientras defendía el derecho de enseñar y aprender con dignidad en la escuela pública de Neuquén.

Las trágicas consecuencias de la represión en Neuquén, la represión en Salta, la persecución en Santa Cruz, pone al descubierto una dolorosa realidad:  educadores y policías son pobres en un país de políticos ricos y asesores en 4X4, que desde la obscenidad de su poder, dan órdenes a policías pobres que terminan matando a educadores pobres.

Policías pobres matan a educadores pobres, que desde su pobreza trabajan para que hijas e hijos de policías pobres tengan la posibilidad de acceder a mejores condiciones de vida que las que le tocaron a sus maestros y a sus familias.

Esta dolorosa realidad ha permitido a demasiados corruptos mantenerse en espacios de poder, que utilizan para seguir avasallando los derechos de la mayoría, poder que otorga el dinero y que ellos invierten en asesinos que por cuatro monedas entregan a la muerte la vida de aquellos con los que se igualan en la pobreza, pero no en la dignidad y menos aún en la decencia.

Esta injusta realidad se ha cobrado con muerte muchas vidas como las de Teresa Rodríguez, Victor Choque, Pocho Leprati, Kosteki y Santillán. Esta denigrante realidad truncó el destino de Silvia Rogetti como también el de niñas, niños y jóvenes que sucumben cotidianamente a consecuencia del hambre, la desocupación, el gatillo fácil en esta naturalización social de la desigualdad que también es un arma, que también reprime, que también mata.

Nos solidarizamos con la familia de Carlos Fuentealba y junto con ellos exigimos la renuncia de todos los responsables materiales e ideológicos de su fusilamiento, el cese inmediato de todas las formas de represión y la disolución de los grupos especiales de la policía a lo largo y ancho del país.

La docencia argentina está de luto, pero no baja sus banderas, como un homenaje a Carlos Fuentealba, Teresa Rodríguez y todas las víctimas de la impunidad, exige Juicio y Castigo a todos los culpables y reafirma su compromiso de  continuar la lucha por una sociedad digna sin excluídos/as, con justicia social. Por un mundo en la que el derecho a la propiedad privada nunca más sea superior al derecho a la vida.

Gral. Roca, Fiske Menuco, 13 de abril de 2007