28 de diciembre
No más Santos Inocentes. El Hambre es un Crimen
Cada 28 de diciembre, la cristiandad conmemora la persecución y muerte de los Santos Inocentes en manos del rey Herodes, también se ha vuelto una tradición las bromas pesadas con el consabido remate "la inocencia te valga". Por respeto o por irreverencia, es una fecha presente en el imaginario social. Por esta simple razón es oportuno plantear que hoy, en nuestro país rebosante de alimentos, existen Santos Inocentes, víctimas de un asesino silencioso y terrible: El Hambre.
Según los últimos datos de INDEC, el 70% de la población total del país menor de 18 años, o sea nueve millones y medio de niños, se encuentran viviendo en la pobreza, esto significa literalmente que la mitad ya casi no come. Decenas de niñas y niños -menores de 5 años- mueren por causa de la pobreza. Cuando hablamos de mortandad infantil no solamente debemos incluir a los niños que se lleva la muerte sino también a los que dañados -para siempre- física, intelectual y emocionalmente quedan excluídos socialmente a causa del hambre.
A la luz de los conocimientos científicos actuales puede decirse que el niño es el ser vivo con mayor capacidad de aprendizaje sobre el planeta. Con la ayuda de la psicología podemos afirmar que cada persona se aprende su infancia para siempre, esto quiere decir que los beneficios y los daños ocurridos en los primeros años tienen efectos perdurables para toda la vida. De ahí que todo aquello que una sociedad haga por el bienestar de sus niños/as pueda ser considerado como una verdadera inversión, en términos de condición humana.
La infancia no espera. Las oportunidades vitales que no se tienen durante las primeras edades son oportunidades perdidas para siempre. Y la infancia perdida es una de las pocas cosas que una sociedad no puede reponer ni material, ni psicológica, ni culturalmente.
En Río Negro, la problemática de la infancia y la adolescencia es grave, el 50% de niñas/os de 4 años están fuera del sistema educativo, no existen las garantías mínimas de atención para casos de desnutrición, los hospitales desbordan de pacientes, con profesinales que luchan con más voluntad que insumos básicos e infraestructura, lo mismo sucede en las escuelas y los jardines. Las estadísticas son alarmantes cuando desnudan la cantidas de niñas/os y adolescentes fuera de la escuela, de niñas madres, de la existencia de abusos físicos y psicológicos. Esto se agrava cuando caminamos por las calles y podemos descubrir a esa infancia que no encuadra dentro de las variables pero que existe y nos pide una moneda para el pan.
Como trabajadoras y trabajadores de la educación adherimos a la campaña nacional "El hambre es un crimen". Consideramos fundamental, más allá de las fechas, denunciar permanentemente que existe una infancia desprotegida, asechada por el hambre que aniquila la vida aún antes de ver la luz. Recuperamos la premisa básica de nuestros originarios "Los niños son de todos", si comen o no comen, si van a la escuela o la abandonan, si sufren, ríen, lloran, malviven.
Asumimos el deber moral y político de modificar este estado de cosas y exigimos a nuestros gobernantes que den prioridad absoluta a la atención de la infancia, tal como lo determina la Ley Integral de Derechos de niñas, niños y adolescentes, para que no quede, como tras tantas, en el mero enunciado. De otra manera, es impensable un país, una provincia mejor, porque una socidad que condena a sus niños/as a las mínimas posibilidades de desarrollo es una sociedad que se condena a sí misma. Una provincia, sin un proyecto específico para la infancia se transforman en sentido estricto en una provincia sin proyecto.
Convencidos que podemos y debemos cambiar este sistema que excluye, las y los docentes rionegrinos luchamos cotidianamente, en las aulas y en las calles, por una sociedad distinta, para darle a cada niño, niña y adolescente una vida que merezca ser vivida.
Gral. Roca - Fiske Menuco, 27 de diciembre de 2006
Marcelo Nervi, Secretario Adjunto
Carlos Tolosa, Secretario General