Lilian, María Carmen, las mellizas Elizabeth Carmen y Anahí eran primas, vivian con su abuela Mariana Ayala de Villalba, sus mamás y tías Myrian, Laura y María Rosa en Misiones. Forman parte de una familia oriunda de Paraguay, atravesada por una historia de luchas políticas en su país, en la que definieron luchar por la libertad de su pueblo campesino integrando el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).
Frente a la persecución del gobierno paraguayo, que persiguió, torturó y encarceló a una parte de ellxs, se exiliaron en Argentina, buscando seguridad fundamentalmente para lxs niñxs, entre quienes se encontraban las mellizas y su hermano Nestor, hijxs de Cármen Villaba y Alcides Oviedo, detenidos hace 18 años. Las hermanas Myriam y Laura parieron a Lilian y María en Formosa, ciudad de donde partieron luego del asesinato de Néstor, en el 2010, cuando apenas había cumplido los 13 años.
Sabían que la orden era exterminar a toda la familia, como mensaje ejemplificador a la resistencia campesina, y con sus tentáculos alcanzaron a un niño camino a la escuela en un país vecino. Se instalaron en la ciudad de Puerto Rico, Misiones, en una parcela que transformaron en refugio y comunidad autogestiva. Pasaron los años, las niñas querían conocer a sus padres biológicos y la otra parte de la familia. Con ese objetivo cruzaron la frontera a fines del 2019, pensaban volver antes del inicio del ciclo lectivo. Por la pandemia no pudieron regresar.
El 2 de septiembre, militares paraguayos atacaron el campamento donde estaban, secuestraron, torturaron y asesinaron a Lilian Mariana y María Carmen Villalba, de 11 años, e hirieron en una pierna a Elizabeth “Lichita” de 14 años, quien logró escapar y esconderse en el monte junto a su hermana, su prima Tania Tamara y su tía Laura.
El presidente Mario Abdo felicitó a los integrantes de las Fuerzas de Tareas Conjuntas (FTC) por el golpe dado a la guerrilla y exhibieron los cuerpos de las niñas, vestidos con uniformes, falseándoles la edad y enterraron los cuerpos para borrar toda evidencia de las atrocidades cometidas. Los medios hegemónicos difundieron las noticias como una victoria.
De todos los países de Latinoamérica, Paraguay parece desdibujado desde la Guerra infame de la Triple Alianza, no es casual, es uno de los más desiguales, el 80% de su territorio está en manos del 2% de su población. En nuestro país habitan cientos de miles de migrantes corridos por el hambre o la persecución política, no hay lugar para el reclamo, ni espacio para denunciar las atrocidades que padecen las familias campesinas.
El infanticido de Lilian y María hubiese quedado en el olvido, de no ser por el accionar inmediato de la familia, las organizaciones de Derechos Humanos y un detalle no menor en estos casos: Las niñas eran argentinas lo que provocó un conflicto diplomático y la repercusión internacional necesaria para que se lograra la exhumación de los cuerpos que permitió destrozar la versión oficial del operativo.
Mientras tanto, Lichita, Anita, Tania y Laura trataba de huir de la zona militarizada, ocultándose en los montes, intentaban llegar caminando hasta la frontera. Tres jovencitas y una adulta perseguidas durante 79 días, por grupos de tareas armados para una cacería desigual y sangrienta. El 30 de noviembre la herida de Lichita le impidió continuar, se quedó refugiada en el Cerro Guazú, mientras las chicas trataban de encontrar insumos y alimentos para poder curarla y seguir. Su tía Laura, que es enfermera, consiguió insumos para las curaciones y volvió a buscarla, ya no estaba. Fue tomada prisionera y de Lichita solo se sabe que el 30 de noviembre se la llevaron hombres armados, aún permanece desaparecida. Anita y Tania siguieron hasta ponerse a salvo cruzando la frontera.
En Paraguay, la abogada de la familia Daisy Irala Toledo lleva adelante las denuncias junto a organizaciones de Derechos Humanos, mientras que en nuestro país la Gremial de Abogados y Abogadas puso en marcha la campaña internacional “Eran niñas”, para visibilizar los infanticidios y la desaparición forzada de una niña de 14 años. Campaña que permite, además, visibilizar los actos de terrorismo de Estado, ejecutados como un plan sistemático de persecución y exterminio de líderes campesinos que se impuso con la dictadura de Alfredo Stroessner. Plan que continuó en democracia, porque en realidad son los mismos, el actual presidente Abdo es el hijo del secretario privado del dictador como la mayoría de los funcionarios de su gobierno son parte de las familias golpistas.
Aunque parezca increíble tanto horror, es parte del cotidiano de nuestro país hermano. Dicen que la historia la escriben los que ganan, acá ni siquiera eso, la enmudecieron. Nada queda de aquel país que antes de la guerra de la triple infamia supo tener un gobierno con una Constitución que defendía los derechos de las clases populares, con una economía basada en la autonomía y la soberanía, que obsequiaba una parcela de tierra y herramientas a cada joven cuando cumplía los 18 años y brindaba educación desde la primera infancia a niñas y niños.
Hoy es un Estado infanticida, femicida, gobernado por una casta ínfima de terratenientes que amasaron fortunas con la explotación de la naturaleza por el monocultivo y el extractivismo. Controlan los medios de comunicación y la justicia.
Tienen el poder absoluto, tanto que parecen controlar hasta la prensa extranjera. En Argentina, salvo honrosas excepciones como Página 12, Tiempo Argentino, medios alternativos o C5N, no hubo prácticamente cobertura ni siquiera del conflicto diplomático. Sería interesante comenzarse a preguntar cómo es posible que ninguno de los adalides de la democracia, la justicia y la libertad argentinos, no hayan tenido tiempo de brindar un espacio a Myriam Villalba, la mamá de Lilian que se trasladó desde Misiones a Buenos Aires con lo que quedaba de su familia, para encabezar esta lucha. Para denuncia que su hermana Laura, madre de María Carmen estuvo incomunicada y aislada en una celda mínima hasta hace pocas semanas, que su otra hermana Carmen Villalba, la mamá de las mellizas nacidas en cautiverio, cumplió su condena el 18 de julio pasado, sin embargo, aún permanece detenida, porque necesitan tiempo para armarle una nueva causa y dejarla en prisión hasta el 2035.
Los mismos que dedican litros de tinta y saliva para explicar el viaje, en plena pandemia, del expresidente Macri para visitar a su amigo, el expresidente Horacio Cartés para hablar de fútbol y de paso saludar al presidente actual Abdo, no dicen absolutamente nada de las violaciones a los Derechos Humanos que son parte del cotidiano en Paraguay. Si pudieron hacerlo antes con la campaña de desprestigio internacional que terminó justificando que derrocaran a Fernando Lugo en el 2012, uno de los primeros globos de ensayo de lo que hoy se conoce como Lawfer y que fue minando la mayoría de los gobiernos populares y permitió el regreso del neoliberalismo más crudo en la última década.
Este 2 de septiembre se cumple un año del infanticio de Lilian y María Carmen. Las mujeres de la familia Villalba con Myriam al frente no están solas. Lograron la intervención del Estado Argentino, que les otorgó asilo político. Junto a la Gremial de Abogados y Abogadas la campaña “Eran Niñas” se extiende por Argentina y el mundo, para que Paraguay deje de estar invisible. Con la solidaridad de cientos de organizaciones de Derechos Humanos, sociales y sindicales van multiplicando las denuncias ante organismos internacionales como la ONU y la CIDH y trabajan de manera articulada exigiendo que el equipo argentino de antropología forense, participe de la investigación y garantice la veracidad de las pruebas que se van sumando.
Desde UnTER nos sumamos a la campaña “Eran Niñas” y convocamos a multiplicarla en toda la provincia. Es tiempo de acompañar esta lucha, no solo porque nacieron en nuestro país, también porque como pueblo no podemos ser cómplices de tanta injusticia. Mucho más sabiendo que el destino de los pueblos de la Patria Grande está entrelazado por una historia labrada al fragor de ideales comunes y quienes pugnan por dividirnos, son los de siempre, los mismos que delimitaron fronteras, donde existían pueblos unidos por una identidad común. Son los que ganaron con las guerras y la explotación de nuestros territorios. Los que escribieron la historia haciéndonos admirar al colonizador y odiar nuestros orígenes.
Hacemos nuestra esta lucha por verdad y justicia, exigimos la aparición con vida de Lichita, la inmediata liberación de Laura Villalba, el esclarecimiento del infanticidio de Lilian y María, juicio y castigo de todos los responsables materiales e ideológicos.
Gral. Roca – Fiske Menuco, 2 de septiembre de 2021.
María Inés Hernández, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades
Viviana Orellano, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura
Patricia Ponce, Secretaria Gremial y de Organización
Silvana Inostroza, Secretaria Adjunta
Sandra Schieroni, Secretaria General