El 15 de septiembre celebramos los 25 años de la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, que formuló las líneas de acción global, fundamentales para promover los derechos de las mujeres.
Fue una construcción colectiva, en la que casi cincuenta mil participantes consensuaron los ejes para lograr un mundo donde niñas y mujeres puedan acceder a una vida sin violencias, a derechos básicos como salud y educación, a la igualdad en la remuneración laboral y fundamentalmente a la libertad de decidir su propio destino.
La Declaración fue homologada por representantes de 189 gobiernos, lo que significó un hito en la historia de acuerdos globales. Pero lo fundamental, es que a partir de ese momento, los colectivos de mujeres fueron creciendo en todo el planeta, fortalecidos por este acuerdo, enfocándose en las diferentes reivindicaciones que necesitaban en sus respectivos países, sumando objetivos comunes como la lucha por el ambiente, el reconocimiento de las identidades originarias, el desarrollo sostenible y la equidad en todos los ámbitos sociales y políticos.
Nuestro país, se encuentra entre los que lograron avances sustanciales para lograr la legislación para la ampliación y protección de derechos que se consolidaron con la creación del Ministerio de Mujeres y Géneros en diciembre de 2019. Los Encuentros Nacionales de Mujeres, el “Ni una Menos”, la Marea Verde, Mujeres campesinas, Mujeres indígenas por el Buen Vivir, Frente de Géneros y disidencias, son algunos de los movimientos que pusieron en debate el derecho a tener derechos de las mujeres e identidades femeninas.
Durante estos 25 años se ha transitado un camino arduo, plagado de obstáculos por quienes pretenden sostener un modelo de sociedad patriarcal y excluyente. A pesar de los logros obtenidos como la ley de ESI, es verdad que aún no se trabaja en cada aula, despojada de la mirada biologicista, teniendo en cuenta que ya es necesario revisar su origen binarista. Aún hay niñas obligadas a ser madres, mujeres que mueren en abortos clandestinos porque se les niega el derecho a la atención en centros de salud plagados de profesionales que enarbolan la objeción de conciencia, como excusa para negarles su derecho a la ILE. Continúan asesinándonos cada 29 hs, por el hecho de ser mujeres.
Se ha logrado mucho, falta mucho más. Debemos deconstruir discursos, hábitos, formas de entender el mundo, incluso el mismo ímpetu de quienes creen que el feminismo es una lucha de mujeres contra hombres, disputando la hegemonía, repitiendo el mismo modelo punitivista que cuestionamos, la estructura vertical y autoritaria que ha sostenido al patriarcado desde antes de la formación del capitalismo.
La lucha por un mundo feminista, con equidad, sin exclusión es cotidiana, se debe dar en cada espacio sin claudicar. Por estas nuevas generaciones que crecieron al calor de viejas luchas, tenemos la obligación de seguir adelante, para acuerparnos, para protegernos frente a la avanzada de la derecha conservadora, que disfrazada de libertaria, pretende cuestionar cada ampliación de derechos conquistada.
Por las miles que llegaron hasta acá, por las miles que continuarán, en las calles, en las aulas, continuaremos caminando enseñando y aprendiendo junto a las nuevas generaciones que irrumpieron en escena con una fuerza que ya no permitirá ni un paso atrás. Por las que fueron semilla, por las que son marea, la revolución avanza, es feminista y tiene el corazón a la izquierda.
Villa Regina, 15 de septiembre de 2020.
María Inés Hernández, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades.
Viviana Orellano, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura.
Patricia Ponce, Secretaria Gremial y de Organización.
Silvana Inostroza, Secretaria Adjunta.
Sandra Schieroni, Secretaria General.