Se cumplen 12 años del asesinato por la espalda de Atahualpa Martínez Vinaya. El 15 de junio de 2008, su cuerpo apareció con un tiro en la espalda en un descampado de Viedma. Había desaparecido del bar Miloca, donde estaba con un amigo la noche anterior. Su mamá, Julieta Vinaya luchó durante diez años buscando justicia para su hijo, hasta que su cuerpo no dio más. Pero nos dejó como legado, su fortaleza infinita como impulso para seguir en busca de la verdad, para que los responsables de su asesinato y de sostener la red de impunidad sean juzgados y condenados.
Ata tenía 19 años, estaba terminando el secundario. Era un pibe de barrio, solidario y comprometido con el dolor de la gente. Por eso soñaba con ser médico, para ayudar a las personas que padecían la exclusión, en particular de las comunidades mapuche y Aymar, de las que lo enorgullecía ser parte. Junto a un grupo de vecinxs había participado de la toma de terrenos 30 de octubre, donde estaba construyendo una casilla de madera para su hermana, que tenía una hija de dos años. La bala que lo mató, derrumbo todo y también se llevó la vida de Julieta.
Este crimen continúa impune, porque desde el primer momento funcionó a la perfección la red de encubrimiento, que parece ser marca registrada en nuestra provincia. Desde el asesinato de Raquel Lagunas y Sergio Sorbellini, en Río Colorado hace 30 años, existen más de cien casos impunes en Río Negro. La mayoría tiene un eje común en la impericia policial al momento de proteger y/o conseguir las pruebas, las dilaciones y obstáculos puestos por funcionarios judiciales y el vínculo con algún empresario relacionado con el poder político.
Resulta escalofriante pensar en casualidades, mucho más comprobar que son causalidades de una estructura de poder que persiste en la oscuridad y que muestra sus aristas, cuando la lucha en las calles logra llevar al banquillo a lxs sospechosxs. Vemos como las familias son las que deben hacer una investigación que le corresponde a la justicia. Julieta Vinaya, recorrió la provincia acompañando a familiares, así se fue armando el mapa de los crímenes impunes y conocía los nexos de muchos de ellos. Sin embargo, nunca logró quebrar el pacto de silencio que encubrió el crimen de su hijo.
En el primer juicio, lxs acusadxs eran reconocidxs como punterxs políticos vinculados al radicalismo y dedicados a la comercialización de drogas. Afirmaban que les habían “plantado” las pruebas. Cuando comenzó la instrucción, la fiscal Daniela Zágari, se retiró para una capacitación. No se allanó nunca el bar, se desestimaron otras de líneas de investigación. Todo se diluyó. Otra vez, empezar, exigir, luchar. Poner en cuestión al sistema judicial, que terminó obstaculizando cada posibilidad de avance.
El tiempo fue mostrando los hilos de la perversidad, en una investigación por “promoción de corrupción de menores y promoción de la prostitución” el dueño del boliche Mi loca, el abogado Rubén Dario Sella, fue condenado junto al juez Juan Bernardi por someter a niñas. La familia de Ata, denunció el pacto de impunidad, entre Sella y su cuñado el ex fiscal Ricardo Falca quien actuó en la causa como subrogante de la fiscal Zágari, en los días posteriores al asesinato.
Julieta falleció antes del segundo juicio que terminó igual que el primero. La justicia tardía siempre es injusta, el tiempo se come las pruebas, los testimonios, cierra puertas. Sin embargo, seguimos de pie, hacemos nuestras las palabras de la Comisión Atahualpa: “El Poder Judicial ha demostrado en esta causa que No pudo, No supo o No quiso encontrar la verdad en torno al hecho. Sin embargo los responsables de la impunidad, los funcionarios judiciales Ricardo Falca, Carlos Reussi y Daniela Zágari no recibieron ninguna sanción. Que el Poder Judicial Sea Para el Pueblo. Para que la impunidad no siga siendo el costo que solamente pagamos lxs familiares de las víctimas.”
Para que no sigan matando a nuestrxs pibxs. Sin Verdad no hay Justicia. Atahualpa y Julieta Presentes!!.
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Villa Regina, 15 de junio de 2020.
María Inés Hernández, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades.
Viviana Orellano, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura.
Patricia Ponce, Secretaria Gremial y de Organización.
Silvana Inostroza, Secretaria Adjunta.
Sandra Schieroni, Secretaria General.