El 14 de junio de 2003, Sergio Ávalos fue con sus compañeros de la universidad a bailar al boliche Las Palmas de Neuquén, nunca lo volvieron a ver. Su nombre es parte de la historia de impunidades de nuestra región y del país. Su caso es uno de los pocos caratulados como desaparición forzada en democracia.
A 17 años, junto a su padre Asunción, familiares y organizaciones seguimos exigiendo su aparición con vida, saber qué pasó con él, dónde está, que los responsables de su desaparición rompan el pacto de silencio mafioso, para saber la verdad, desmontar la red de encubrimientos; para que sean juzgados y condenados.
Sergio estudiaba economía, había llegado de Picún Leufú con sueños y proyectos, era el primero de su familia que accedía a la universidad. Un derecho vedado para la mayoría de jóvenes de las clases populares. Todo quedó trunco ese 14 de junio. No hubo reacción frente a la denuncia de sus compañeros, ni de la familia, incluso el rectorado de la Universidad, a cargo en ese momento de Ana Pechén, hizo algo para ayudar a encontrar a Sergio.
Su padre Asunción vine dando una lucha a brazo partido, ha recorrido oficinas, tribunales, despachos de funcionarios exigiendo que no se olviden de su hijo, que le digan que hicieron con él. En el 2010, su firmeza, acompañada por organizaciones sociales, estudiantiles y sindicales evitó que la causa fuera archivada por la justicia neuquina, pasó al fuero nacional, se la encuadró como desaparición forzada y ya no prescribirá. Hoy somos cientos junto a él y su familia, con el compromiso de sostener los reclamos, porque es inadmisible aceptar que las personas se diluyen en el aire, como pretenden hacernos creer.
La desaparición forzada de Sergio, es una muestra más de cómo actúan las redes de impunidad que involucra a gendarmes, policías, funcionarios judiciales, empresarios y políticos. Entramado perverso para el que no existen fronteras provinciales. Se pudo desentrañar, por ejemplo, en el juicio contra los policías que desaparecieron y asesinaron a Daniel Solano en Choele Choel. Sin embargo, a más de un año de la condena a perpetua todavía debemos exigir que los responsables vayan a la cárcel común. No hay respiro para las víctimas, ni siquiera cuando se logra un poco de justicia.
Este 14 de junio no podremos estar en las calles, pero seguimos diciendo presente. Exigimos la imputación de los responsables de la desaparición forzada de Sergio. No acallaremos las voces, sino que nos multiplicaremos hasta que logremos las respuestas necesarias y urgentes. No más desapariciones en democracia. Verdad y Justicia por Sergio Avalos.
Villa Regina, 14 de junio de 2020.
María Inés Hernández, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades.
Viviana Orellano, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura.
Patricia Ponce, Secretaria Gremial y de Organización.
Silvana Inostroza, Secretaria Adjunta.
Sandra Schieroni, Secretaria General.