A trece años del asesinato del compañero Carlos Fuentealba seguimos exigiendo Justicia Completa.
El compañero Carlos Fuentealba fue fusilado por la espalda por el oficial Darío Poblete, en el marco de una represión que ordenó el exgobernador Jorge Sobisch el 4 de abril de 2007, día en que se realizaba una movilización docente en Ruta Nacional 22, en cercanías de Arroyito, Neuquén, en defensa de la escuela pública, por salarios y condiciones dignas de enseñar y aprender.
La condena a cadena perpetua del oficial Darío Poblete que disparó el gatillo ha sentado un precedente histórico, sin embargo, no habrá justicia completa hasta tanto no sean juzgados y condenados todos los autores esponsables intelectuales y políticos de su asesinato. Jorge Sobisch en su campaña para la presidencia, fue capaz de vanagloriarse de su mano dura, como instrumento de poder para reprimir la protesta social, que refleja su postura reaccionaria frente a los justos reclamos de una comunidad que exige condiciones dignas de trabajo.
Para compartir con nuetrxs estudiantes
Este 4 de abril se cumplen trece años del fusilamiento de nuestro compañero Carlos Fuentealba, nos toca recordarlo y seguir exigiendo en su memoria justicia completa en el marco del aislamiento social obligatorio. Por eso compartimos con uds. algunas actividades para que, como lo hacemos año tras año, sostengamos esta Jornada de Lucha contra la Impunidad y por Juicio y Castigo a los responsables, que esta vez no será en las calles, sino desde el trabajo pedagógico, herramienta fundamental para construir colectivamente una sociedad sin impunidad.
¿Quién era Carlos Fuentealba? Palabras de su compañera y madre de sus hijas, Sandra Rodríguez
Maestro en el aula – Maestro en la escuela – Maestro de la Vida – Maestro Militante
“Para mí tanto como para Carlos era un honor ser docentes. El admiraba el ser docente y yo admiraba que él tuviera la entereza a los 23 años de tener una participación en campo popular y sindical. Yo aprendí mucho de él y él de mí. Siempre sabíamos lo que pensábamos el uno del otro y lo compartíamos, éramos una pareja ideológicamente compatible. Cuando hablo lo hago desde el corazón y desde las ideas e ideales que compartimos juntos. Pensaba que la escuela tenía que ir a los obreros y no los obreros a la escuela.
No dejaba de decirle a sus alumnos que había que estudiar desde el valor de la vida, la dignidad, la honestidad, de la ubicación que tenemos todos los trabajadores. El era un científico en el sentido de analizar la realidad, un químico que combinaba el esfuerzo con el cariño y el amor. Les dio mucho amor a sus alumnos como me lo dio a mí y como se lo dio a sus hijas.”
“Las tizas manchadas” – (Nota publicada en Página 12 el 4 de octubre del 2007- Por Stella Maldonado, Secretaria General CTERA y Alejandro Demichelis, Secretario de Prensa de CTERA).
En Argentina, en la provincia de Neuquén –rica provincia con regalías petroleras–, ante el reclamo justo de los trabajadores de la educación de esa provincia, el gobernador Jorge Sobisch ordenó reprimir salvajemente a los docentes.
Hace hoy seis meses, las imágenes de ese 4 de abril que pudimos ver por la televisión mostraron una “brutal cacería” por parte de fuerzas especiales y de seguridad de la provincia, a maestras y maestros indefensos que ya se estaban retirando pacíficamente del lugar de la protesta, en Arroyito, Neuquén.
No solamente el gobernador Sobisch no se arrepintió del hecho, sino que se hizo responsable y dijo a los medios nacionales que lo volvería a hacer.
Este representante del autoritarismo que utilizó metodologías de la época de la dictadura militar se autoproclama “100 % preparado para gobernar”. Los trabajadores de la educación de todo el país decimos que está “100 % preparado para manchar las tizas con sangre”.
¿Alguien puede concebir que una persona que manda a reprimir salvajemente una protesta justa y pacífica pueda ser candidato a presidente?
¿Alguien puede creerle a este personaje inescrupuloso, responsable de la muerte de un maestro?
Sobisch carece de autoridad política y moral para opinar sobre las decisiones soberanas de los trabajadores, él se encarga de reprimir a los trabajadores.
La Ctera es una organización que desde su fundación, el 11 de septiembre de 1973, ha demostrado su lucha y su compromiso por la escuela pública y el derecho social a la educación que costó la desaparición y asesinato –en la dictadura militar– a más de seiscientos docentes.
Los trabajadores de la educación demostraremos este 4 de octubre el repudio unánime al responsable del asesinato de Carlos Fuentealba. Entregaremos al Congreso de la Nación miles y miles de firmas recolectadas en todo el país en la Campaña contra la Impunidad y por el Juicio y Castigo a los responsables políticos, intelectuales y materiales del brutal asesinato. Sobisch es el principal responsable político de este crimen.
Nunca más la criminalización de la protesta social
Nunca más la impunidad.
Nunca más un trabajador reprimido por reclamar por sus derechos
CTERA exige juicio y castigo
¡Carlos Fuentealba, Presente!
Testimonios en el marco de la Campaña Nacional de CTERA contra la Impunidad (Año 2008)
¿Qué significa para usted matar a un maestro?
Tati Almeida - Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora: “Es teñir de sangre los guardapolvos blancos, es matar a la educación. Y al matar se viola el principal derechos humano que es la vida”.
Alba Lanzilloto - Abuelas de Plaza de Mayo: “Es atentar contra la fuerza liberadora de la educación, es destruir un invalorable eslabón de la cadena solidaria que va formando el pueblo en su camino hacia un futuro de justicia y felicidad.”
Adolfo Pérez Esquivel - Premio Nobel de la Paz : “Manos asesinas truncaron la vida de un maestro. Todos los educadores, hombres y mujeres en el país le rendimos homenaje y estamos seguros que su fruto será dar más vida. La lección continúa.”
Alfredo Alcón - Actor: “Es como escribir en todos los pizarrones “viva la muerte”.
Adrián Paenza - Periodista y profesor universitario: “Todavía cabe en la Argentina la indignación y la tristeza. Cabe un fusilamiento ante los ojos de la sociedad. Por todo esto sigue vigente la consigna del Nunca Más”.
Norberto Galasso - Historiador: “Matar a un maestro conciente de sus derechos y obligaciones equivale a atentar contra el futuro del país.”
Teresa Parodi - Cantante popular: “Es lo mismo que matar el sueño de construir un mundo mejor”.
Enrique Macaya Márquez - Periodista deportivo-: “¿Cómo podría imaginarme que una persona, que un maestro, pueda ser asesinado? No lo concibo. Es matar el conocimiento.”
Luis Eduardo Duhalde - Sec. de Derechos Humanos de la Nación: “Matar a cualquier ciudadano es gravísimo, pero cuando se elige matar a un docente también se está matando a la educación, se está matando el futuro de nuestros hijos.”
Mex Urtizberea - Actor y periodista: “Significa lo peor. Los maestros nos han enseñado todo. El maestro es un ser fundamental.”
Actividades Sugeridas:
Trabajar el siguiente cuestionario con nuestrxs estudiantes:
1) ¿Cómo se hacen escuchar los distintos sectores de la sociedad cuando quieren reclamar por sus derechos?
2) ¿Lxs gobernantes qué deben hacer ante los reclamos?
3) ¿Está bien que se mande a reprimir una manifestación social que reclama por sus derechos?
4) ¿Qué dice la Constitución del derecho a manifestarse y el derecho de huelga?
5) El asesinato del docente neuquino Carlos Fuentealba no debe quedar impune, ¿qué debemos hacer todxs para que haya justicia y para que no se repita?
Luego de contestar estas preguntas presentemos a nuestxs estudiantes los siguientes videos y artículos periodísticos, para que los tomen como referencia y realizen un texto escrito o una producción multimedia con relación a la temática propuesta.
Recuerdos del Maestro “Carlos Fuentealba” – Canal Encuentro https://www.youtube.com/watch?v=e5bAbhy-Dhs
Carta leída por el actor Alfredo Alcon https://www.youtube.com/watch?v=16ykOEn2aGc
Documental “Carlos Fuentealba: Camino de un maestro” https://www.youtube.com/watch?v=45wBeBsanqw
Fragmento de la obra "Carlos Fuentealba-Clase abierta" de Alejandro Finzi https://www.youtube.com/watch?v=XaKMnBbE8Bc
“NO MATARÁS” Nota Publicada en Página/12 el 7 de Abril de 2007por Sandra Russo.
El crimen de Carlos Fuentealba no podría haber sido más elocuente: el balazo en la nuca resume con su estruendo el desprecio por la vida que sudan las políticas de Estado represivas con las protestas sociales. Lo de Neuquén fue, antes que nada, un ejemplo de lo que puede suceder (y no tarda en suceder) cuando un Estado, en este caso provincial, decide usar las fuerzas policiales para reprimir una demanda social. Después viene el contexto, la historia del conflicto docente, las internas en la Ctera, el historial de Sobisch, que se vende en la Capital como promotor de una derecha eficiente, un adjetivo que se pega al sustantivo casi por inercia: ¿para qué son eficientes las derechas?
¿Qué tipo de eficiencia están prometiendo? ¿Cuál es el precio de esa eficiencia? ¿Cuál es el límite? ¿Al servicio de quiénes se pone la eficiencia?
Se contestará: del orden. Ya sabemos lo sensible que es la gente como Juan Carlos Blumberg o Mauricio Macri cuando el orden se altera. Es como si se les hubiese filtrado una piedra en el zapato. El orden alterado los irrita, y es más, hasta se sienten llamados a “interpretar” a una parte de la sociedad que “quiere vivir mejor”.
“Así no se puede seguir”, han dicho todos ellos una y otra vez cuando el orden estaba interrumpido por alguna cuestión que implicaba los derechos vulnerados de un sector. Estudiantes, ambientalistas, militantes, piqueteros, trabajadores, cartoneros, gremios movilizados, todo aquello que el radar de la derecha sintoniza como “perturbación del orden” parece merecer “ decisión política”, “coraje” o “valentía”. La valentía o el coraje, se sabe, de tomar medidas impopulares. A eso debe dirigirse la “decisión política”: a operar en el sentido inverso a lo que la derecha llama “populismo”. Para la derecha, cuyos interlocutores son pocos y poderosos, pero están amplificados por los discursos que la misma derecha propala en forma del sentido común del taxista argentino, hay que “atreverse” a reprimir.
Sobisch se atrevió. Y un maestro fue acribillado de un balazo en la nuca. Ese maestro que hoy sabemos que se llamaba Carlos Fuentealba hasta su muerte no era nadie para la derecha. Era un maestro, nadie. Podría haber sido un estudiante, nadie. O un piquetero, nadie. Los hombres y las mujeres reales, de carne y hueso, con nombre y apellido, que integran las protestas sociales
para la derecha no son personas cuyas vidas el Estado debe preservar. En tanto luchadores sociales, actores sociales ejerciendo su derecho al reclamo, esos miles y miles de argentinos para la derecha no son nadie: son, en todo caso, parte de la masa crítica que hay que repeler. Resuena la voz del patrón de estancia: a estos morochitos va a haber que hacerlos escarmentar. Acá no
me vengan con cortes de ruta ni puentes. Háganlos cagar. Para la derecha, los hombres y las mujeres en tanto ciudadanos y actuando colectivamente no son exactamente hombres y mujeres, sino más bien una fuerza que hay que derrotar.
Después ellos hacen marchas pidiendo seguridad, y se declaran a favor de la vida en varios órdenes confusos: se sabe que el feto en el vientre de la mujer es sagrado, que está bendecido por el toque mágico de la vida. Pero la derecha saca la foto de ese feto. Respeta más al feto que al niño. Abandona al niño ya nacido a su propia y errática suerte, hambreándolo y robándole
la frente alta de sus padres. Es que la derecha defiende la vida de “los particulares”. Como si fuera una compañía de seguros, defiende la vida y la propiedad privada de “los particulares”.
Algo particular en tanto privado. En tanto no público. Algo particular en tanto racionado como un bien escaso para algunos. “Los particulares”, esos artificios de la burocracia capitalista, son los verdaderos acreedores del derecho a la vida.
Los otros, los que marchan juntos en la manada, los que obstaculizan medidas o ajustes, los que piden por su parte no son particulares. Quedan abolidos de ese rango porque violan la principal premisa del “particular”: accionan políticamente. Para la derecha, la política es un privilegio de los políticos.
Carlos Fuentealba estaba haciendo política gremial. Era dueño de una historia personal admirable. Alguien que había cumplido un sueño contra la adversidad. No era una adversidad personal ni familiar la de Carlos Fuentealba.
Era una adversidad social. La pobreza es una adversidad social. Trabajar toda una vida como administrativo de la Uocra para estudiar mientas tanto y recibirse de maestro a los 38 años es un ejemplo de dignidad ante el que caen las palabras.
Pero hasta que su nuca fue el blanco de un disparo policial, Carlos Fuentealba no era para el Estado provincial ni un ciudadano ni un maestro ni un padre, era nadie. Sólo ante la visión de muchos nadies entorpeciendo el tránsito alguien puede dar la orden de reprimir: las vidas de los que protestan son vidas sacrificables.
Sería interesante que la derecha dejara de ser intelectualmente tan pobre, y enunciara claramente su noción del derecho a la vida más allá del derecho de los “particulares”. No es un tema menor, en un país tan proclive a la sangre.
Enlace sugerido: https://ute.org.ar/actividades-para-trabajar-en-las-aulas-el-aniversario-del-asesinato-del-companero-carlos-fuentealba/
Compañero Carlos Fuentealba, Presente.
Ahora y siempre!!!