El Consejo Directivo Central de UnTER, lamenta la partida de Carla Graciela López Rutila Artés una de las primera nietas restituidas, que fue un ejemplo de lucha en defensa de la recuperación de su identidad y la de los más de 400 nietos y nietas, víctimas del plan sistemático de desaparición impuesto por el terrorismo de Estado.
Carla falleció el miércoles 22 de febrero, a los 41 años. Pese a transitar una historia de vida durísima, jamás perdió su sonrisa y el gesto amable que la caracterizó. Dejó una marca imborrable entre quienes compartimos su búsqueda que la llevó a luchar contra sus propios apropiadores, brindar testimonio en el Juicio por el Plan Condor y trabajar codo a codo con Abuelas de Plaza de Mayo quienes la despidieron con una emotiva reseña de su vida, que compartimos:
Carla nació el 28 de junio de 1975 en Miraflores, Perú. Sus padres, Enrique Joaquín Luca López, uruguayo, y Graciela Antonia Rutila Artés, argentina, eran militantes políticos. La familia se mudó a Bolivia, donde Enrique y Graciela formaron parte del Ejército de Liberación Nacional (ELN). Él fue asesinado el 19 de septiembre de 1976. Ella fue detenida junto a Carla el 2 de abril de 1976 en la localidad de Oruro. El 29 de agosto de ese año, las autoridades bolivianas entregaron a Graciela y a Carla a la Gendarmería Argentina que las trasladó al centro clandestino de detención Automotores Orletti.
Carla fue apropiada e inscripta como hija propia con el nombre de “Gina” por el matrimonio de Amanda Cordero y Eduardo Ruffo, uno de los represores responsables de ese centro de exterminio. Tras una nueva campaña de Abuelas en la que se publicó la foto de la pequeña Carla, llegaron las primeras denuncias a nuestra Asociación. Su abuela materna, Matilde Artés Company, más conocida como “Sacha”, era actriz y militante política. Al momento del secuestro de su hija y su nieta estaba en Cuba, desde donde se fue a España. Desde allí volvió a nuestro país para llevar adelante el caso de su nieta junto con Abuelas.
La denuncia por la apropiación de Carla se radicó ante el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 5. Los apropiadores, después de un tiempo prófugos, fueron detenidos. La verdadera identidad de Carla fue comprobada con los análisis de sangre y en septiembre de 1985 pudo reencontrarse con su Abuela Sacha en Tribunales, luego de que el juez le contara la verdad a la niña. Sacha y su nieta se fueron a vivir a España. Luego del levantamiento carapintada que trajo como consecuencia las leyes de obediencia debida y punto final, no se sentían seguras en el país. Desde el otro lado del Océano, con frecuencia, Carla nos escribía cartas: “Quiero que nunca olviden que soy Carla Rutila Artes y que ustedes ayudaron a mi abuela a encontrarme, y que gracias a ello estoy aquí”.
En 2010, después de 23 años viviendo en España, Carla volvió a la Argentina para declarar contra su apropiador Ruffo en el juicio por los crímenes cometidos en Automotores Orletti. Desde la restitución de su identidad jamás había regresado al país por temor a Ruffo, quien además, de niña, la golpeaba y abusaba de ella. Sin embargo, el nuevo escenario en materia de justicia por los crímenes cometidos durante la última dictadura impulsó a Carla a dar su testimonio del infierno que pasó con Ruffo, ex miembro de la Triple A y de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE). Declaró con la fortaleza que la caracterizaba, mirando a Ruffo a los ojos: “No tenía dudas de que no aguantaría mi mirada”, diría luego de prestar su testimonio. Entonces volvió a España, pero un tiempo después, con Ruffo tras las rejas, decidió radicarse con sus tres hijos en la Argentina. Al viejo continente regresó una vez más ,a prestar testimonio en Italia, en el marco del juicio por los crímenes de Plan Cóndor del que ella y su madre fueron víctimas, desde aquel día en que fueron entregadas en la frontera de La Quiaca-Villazón.”
En Argentina se relacionó con otras nietas y nietos y estrechó más lazos aún con Chicha Mariani, una de las fundadoras de Abuelas y quien recorrió con ella los primeros pasos de la recuperación de su identidad. También estrechó lazo con María Victoria Moyano, nieta recuperada y una de las referentes de la lucha contra la impunidad de los genocidas y por la defensa de los derechos humanos y las libertades democráticas. Precisamente en la última entrevista que Carla brindó fue en el marco del estreno del documental El Robo, que relata la historia de Vicky, su “hermana de vida”, rescató la historia común y sentenció “los que desaparecieron a nuestros viejos pretendieron destruir todo lo que la lucha de ellos significó, pero no sabían que cuando nos restituyeran, íbamos a levantar las banderas por las que murieron nuestros padres”.
Hasta la Victoria, compañera Carla, en tu homenaje continuaremos la búsqueda de los nietos y nietas que aún nos faltan.
Exigimos Juicio y castigo a los genocidas, sus cómplices civiles y eclesiásticos, todos responsables de la desaparición de 30.000 compañeras y compañeros.
Gral. Roca - Fiske Menuco, 23 de febrero de 2017.
Viviana Orellano, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de Oportunidades
María Inés Hernández, Secretaria de Prensa, Comunicación y Cultura
Benjamín Catalán, Secretario Gremial y de Organización.
Marcelo Nervi, Secretario Adjunto
Patricia Cetera, Secretaria General