David “Watu” Cilleruelo

 

 

3/04/75. David “Watu” Cilleruelo oriundo de Roca, era estudiante de Ingeniería en la Universidad Nacional del Sur (UNS) y militaba en la Federación Juvenil Comunista. Los estudiantes lo habían elegido Secretario General de la Federación Universitaria del Sur, que agruparía a varias asociaciones estudiantiles.
 
Ese 3 de abril estaba volanteando en los pasillos del ala de Ingeniería con un compañero para llamar a una reunión, cuando fue interceptado por un grupo de hombres de la Triple A que le pidieron documentos y luego le pegaron un tiro. Los hombres se retiraron en el auto del Rectorado de la UNS. 
 
A pesar de la probable culpabilidad ideológica del rector de la Universidad, Remus Tetu, el único acusado fue Ramón Moncho Argibay (ahora muerto), jefe de seguridad del interventor.
 
El juez federal subrogante de Bahía Blanca, Alejo Ramos Padilla, dictó el 16 de septiembre de 2015 los procesamientos con prisión preventiva de cinco civiles acusados de integrar la Triple A, que en el fallo fue definida como una asociación ilícita para cometer crímenes de lesa humanidad entre 1974 y 1975. Uno de ellos, además, está imputado por el homicidio agravado del dirigente estudiantil David “Watu” Cilleruelo. 
 
Los procesados son Juan Carlos Curzio, Osvaldo Omar Pallero, Héctor Ángel Forcelli, Héctor Oscar Chisu y Raúl Roberto Aceituno, este último como coautor del homicidio de Cilleruelo. 
 
Los procesamientos dictados van en línea con el impulso formulado por los fiscales de la Unidad que interviene frente a crímenes del Terrorismo de Estado en esa ciudad, Miguel Palazzani y José Nebbia, quienes el 1/04/15 pidieron que se investiguen 22 homicidios perpetrados por parte de grupos paramilitares entre 1974 y 1975 “en los ámbitos históricamente más propensos a la movilización político-social: los sectores gremiales y estudiantiles”. Aquella solicitud fue luego ampliada y precisada por los fiscales, que formularon la imputación contra los cinco civiles por “haber formado parte de una asociación ilícita destinada a la erradicación y eliminación, mediante el uso de la violencia y la intimidación, de toda expresión de activismo político, estudiantil, laboral y gremial contraria a sus ideas”.  
 
Además del homicidio de Cilleruelo, la gestión de Tetu en la UNS dejó como saldo la proscripción de los centros de estudiantes y la confiscación de sus bienes, el cierre del comedor universitario, la proscripción de 497 títulos pertenecientes a la biblioteca, la expulsión de estudiantes y cesantías masivas de docentes por razones políticas, entre otras cuestiones, describió el juez en su resolución. Cilleruelo era secretario de la Federación Universitaria del Sur y militante de la Federación Juvenil Comunista. Fue asesinado de un disparo en la cabeza el 3 de abril de 1975 en un pasillo del ala de Ingeniería de la UNS por Jorge Argibay, integrante de la custodia de Tetu, quien -de acuerdo con las pruebas presentadas por la Fiscalía- estaba acompañado por Aceituno. 
 

 
 
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