14/02/77. Carlos Alberto Peralta Passarini. De Contralmirante Cordero. Secuestrado en La Plata. 22 años. Soltero. Estudiante de Derecho. No. CONADEP: 3935. No hay testimonio de su paso por un CCD.
Inició sus estudios de Derecho en la Universidad de La Plata. Su hermana Silvia conserva su Libreta universitaria donde consta que era el
2° promedio de la Facultad. Se integró al Centro de Estudiantes como militante de la JP. Admiraba la obra de Evita, trabajaba en las villas. Su familia declara que su anhelo era ser “abogado de los más pobres”.
En el sorteo para la conscripción, teóricamente quedaba exceptuado por número bajo. Por consejo de allegados se presentó para que le
firmaran su libreta e increíblemente lo reclutan y lo envían a Chubut.
Carlos Alberto Peralta Passarini
Regresó a Cordero en la Navidad del ́76, fue la última oportunidad en la que todos pudieron encontrarse. Desde ese año no hubo más celebraciones familiares para esa fecha.
El 1° de febrero, Carlos regresó a La Plata, todos fueron a despedirlo a la Estación de Cipolletti. Trece días después, su compañero de pensión se comunica, preocupado por su desaparición. De allí en más, familiares y amigos dividieron opiniones. Aída recuerda a su vecina que ofreció su dirección para los Habeas Corpus, amigas que firmaron la solicitada de la Madres de Plaza de Mayo en el ́78, participaron de las convocatorias y Jornadas, como así también la tristeza de encontrar la negativa desde gente a quien sentía allegado cercano.
Carlos sigue presente en la memoria y se multiplica en su descendencia. Su sobrino Carlos Santiago Dómina escribe “Aprendí a querer a mi tío por mis abuelas y lo que cuentan quienes lo conocieron (...) Enri (mi abuela) dice que nos parecemos en muchas cosas, a veces distraída me dice “Carlos” y no Santiago, como normalmente me llama. Es una situación rara, pero me hace pensar que mi tío está en los sueños y en los pensamientos de cada uno de nosotros y que allí va a vivir eternamente”.
Extraído del libro “El Valle Veraz” de Cristina Charro