Desde UnTER y en el contexto de la andanada de resoluciones emitidas recientemente y de forma inconsulta por el CPE queremos aclarar que:
1.- Estamos de acuerdo con la necesidad de garantizar el derecho social a la educación de todos los/las estudiantes
2.- Rechazamos enfáticamente el concepto de calidad como sinónimo de exclusión del sistema educativo anclado en el paradigma de una educación elitista.
3.- Estas resoluciones no aportan nada a la educación con calidad.
La verdadera educación con calidad se logra con la democratización del conocimiento que nos merecemos los rionegrinos/as.
Los/as docentes queremos una escuela abierta, que proponga diferentes alternativas a los estudiantes con contextos socio-familiares diversos, para que no fracasen y queden en el camino. Pero esas alternativas deben ser reales, construidas en la modificación de las condiciones de enseñar y aprender, no ficticias aunque escritas en el texto de una resolución de vocalía.
Hacer realidad la universalización de la escuela, requiere una mayor inversión educativa, políticas activas del Estado para que los/las jóvenes puedan ingresar y permanecer en el sistema educativo formal, garantizar todas las condiciones materiales y simbólicas para que los chicos y chicas asistan, permanezcan y egresen de la escuela, mejorar los puestos de trabajo y el salario docente. Pero todo esto no es suficiente si simultáneamente no se logra que en el imaginario colectivo se cambie la representación de que “la escuela no es para todos” por otra diferente: “la escuela es un derecho universal que debe hacerse posible para todos”.
Es en este punto donde es necesario pensar en cómo superar el obstáculo que significa la repitencia y el abandono en las trayectorias estudiantiles, alentando la construcción de nuevos criterios para la evaluación y la promoción de saberes, asumiendo que la repitencia y la exclusión es un problema institucional de las escuelas, del sistema y de las políticas públicas y no de responsabilidad individual de los/las estudiantes, los/las docentes o las familias. Desde allí, podremos poner en cuestión el criterio de repitencia para poder construir otras formas institucionales de promoción de los/las estudiantes.
La escuela debe incluir para enseñar y tiene necesariamente que enseñar para poder incluir; la cuestión es cómo hacerlo. Coincidimos con Néstor Ribecchi Director de Escuela de Educación Media de la Boca: “…Cuando los chicos ingresan a la escuela y les doy la bienvenida, siempre les digo que acá tienen una sola obligación durante cuatro años, que es hacerse un proyecto de vida. Pensar, trabajar, crear en función de un proyecto de vida.
Frente a esta situación, UnTER expresa que:
- Que ninguna de estas Resoluciones se realizaron con la conformidad del sindicato.
- Con respecto a algunas de las Resoluciones (Trayectorias Escolares, Homologación de Título de Escuelas Técnicas, etc.), se había acordado, en diferentes Paritarias, que se bajarían a discusión con toda la comunidad educativa.
El fracaso escolar no es un problema para resolver con resoluciones emitidas sin consenso, es un problema que requiere las modificaciones necesarias para poder enseñar y aprender en una escuela justa que garantice el derecho a social a la educación y a una educación con calidad.
En este sentido como UnTER vamos a exigir el no innovar en materia educativa tal cual el criterio acordado en la última paritaria que expresaba claramente que no se tomarían resoluciones de política educativa hasta la asunción de las nuevas autoridades.
María Bárbara PalumboSecret. Nivel Primario
Rosana AmeriSecret. Nivel Secundario
Jorge Molina, Secretario Adjunto.
UnTER